«El cristiano que no conoce —o dice no conocer— sus dones, es uno que juega en "la liga infantil del cristianismo". Por otro lado, la iglesia que no reconoce —o desconoce— los dones de sus miembros y por consecuencia, no les permite ejercerlos, tiene uno o varios de los siguientes problemas: ignorancia, apatía, envidia o pereza o bien, tiene un liderazgo celoso de su posición, autoritario o ignorante; y puede ser que hasta sufra de todo lo anterior. En cualquier caso, esta iglesia es "el equipo cristiano infantil" ideal en donde el cristiano "sin dones" puede jugar».
—David Franco, «Cristianismo Ficción»
—David Franco, «Cristianismo Ficción»
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